Tras la aprobación de la Startups Ley en el Congreso la semana pasada, España está más cerca de contar con un marco normativo que impulse el emprendimiento innovador. La Ley reconoce la singularidad del startup como modelo de negocio para la innovación e introduce una serie de beneficios fiscales para inversores y empresas así como un importante conjunto de medidas para atraer y retener el talento digitalque ayudarán a nuestro ecosistema a competir con los países de nuestro entorno. También hay que destacar que la ley ha aglutinado a muchas fuerzas políticas y a todo el ecosistema emprendedor, que han trabajado juntos de manera firme y comprometida durante el proceso, en lo que ha sido un gran ejemplo de colaboración público-privada. Se espera que el paso de la ley por el Senado sea lo más ágil posible, y si no hay modificaciones en el texto, la Ley Startup podría ser aprobada y entrar en vigor en pocas semanas.
Esto es sin duda una gran noticia para startups y el emprendimiento innovadorpero también para España ya que la ley aportará mayor competitividad a nuestra economía y a nuestro tejido productivo. Junto con otras iniciativas como la Ley Crea y Crece , el Paquete de Fondos Europeos, o la nueva Ley de Formación Profesional, la Ley Startups genera el sustrato necesario para el avance de un modelo productivo innovador.
Sin embargo, no todo está hecho. La ley nos da una base muy buena, pero hay que seguir trabajando en esta línea. El ecosistema emprendedor español se encuentra ante una oportunidad histórica. En los últimos años se han producido importantes avances tanto a nivel público como empresarial. El número de nuevas empresas tecnológicas ha aumentado exponencialmente, creando uno de los ecosistemas de mayor crecimiento en Europa y generando un valioso efecto multiplicador que, como muestra el reciente informe de Endeavor - "Mapping Spain's Tech Sector"-, está generando más emprendimiento. Además, la inversión nacional e internacional en empresas también ha alcanzado máximos históricos, permitiendo que España esté cerca de contar con 15 unicornios.
Tenemos las palancas adecuadas. Por eso, como país, debemos seguir desarrollar instrumentos que favorezcan la creación, escalabilidad y consolidación de nuestras empresas en un entorno global cada vez más competitivo e incierto. Impulsar el emprendimiento tecnológico significa contar con un motor de crecimiento y prosperidad en nuestra economía, y más aún en tiempos de crisis. Para ello es necesario mantener los instrumentos de financiación tanto públicos como privados y seguir avanzando en la generación, atracción y retención del talento digital. También es clave incrementar el diálogo y el intercambio de conocimiento y oportunidades entre startups, scale-ups y grandes corporaciones, creando un marco de innovación abierta.
La ley nos acerca un poco más a lo que el ecosistema necesita. A partir de aquí, debemos seguir trabajando, en estrecha colaboración público-privada para afrontar los retos futuros y trabajar juntos para crear un marco regulatorio ambicioso y a largo plazo que impulse la competitividad del ecosistema español y convierta a España en un hub tecnológico de referencia.